¿Pueden los oligarcas comprar también la democracia en EEUU?
Cada vez son más dueños de todo, desde el acceso al espacio hasta los medios con que los terrícolas se informan, y ahora el presidente saliente Joe Biden advierte que una nueva generación de oligarcas estadounidenses aliados de Donald Trump podría arrasar con la propia democracia.
Biden utilizó su discurso de despedida a la nación para transmitir un mensaje sorprendentemente oscuro: que un país que siempre ha reverenciado a sus empresarios ahora puede estar a merced de ellos.
"En Estados Unidos está tomando forma una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que literalmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos y libertades básicos", dijo Biden.
No mencionó nombres, pero sus blancos eran claros: hombres como Elon Musk, la persona más rica del mundo, que rodean al entrante presidente republicano.
Esa "peligrosa concentración de poder en manos de unas pocas personas ultrarricas" tendrá "consecuencias peligrosas si no se los controla", dijo.
Y haciéndose eco de la advertencia de despedida del propio presidente Dwight Eisenhower en 1961 sobre los peligros de un complejo industrial militar fuera de control, Biden alertó sobre el "posible ascenso de un complejo industrial tecnológico", refiriéndose a los titanes de Silicon Valley que están detrás de los avances transformadores en inteligencia artificial y robótica.
El hecho de que Biden haya activado la alarma puede atribuirse a la política. Pero no hay duda de que los magnates más ricos y ambiciosos de Estados Unidos están apiñados alrededor de Trump.
- Un lugar en el estrado -
El día de la toma de posesión, el lunes 20, varios de los más grandes se sentarán a unos metros de Trump en el estrado presidencial.
El principal de ellos es Musk, cuya riqueza, según Forbes, asciende a 435.000 millones de dólares, y que ha sido nombrado para un puesto de alto perfil desde el cual se propone recortar el gasto gubernamental.
Después de ayudar a financiar la campaña contra Kamala Harris, Musk se ha convertido en una figura clave del círculo íntimo del magnate, apareciendo en más cenas públicas y otros eventos con Trump que la esposa del presidente electo, Melania.
Como propietario de SpaceX, Musk ya es uno de los mayores contratistas del gobierno estadounidense y, como propietario de Tesla, está a la vanguardia del impulso de Estados Unidos para ganar la carrera de los vehículos eléctricos.
Como dueño de la red social X, finalmente, Musk ha convertido a la plataforma en un megáfono para las voces que favorecen a Trump.
El director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, y su par de Meta, Mark Zuckerberg, segundo y tercero en la lista mundial de ricos de Forbes, respectivamente, también estarán en la tarima.
Bezos, que rivaliza con Musk en el negocio espacial, manifestó en voz alta su decisión de acercarse a Trump justo antes de las elecciones, cuando prohibió que el diario The Washington Post, de su propiedad y tradicionalmente cercano a los demócratas, apoyara a Harris.
Zuckerberg, que una vez prohibió a Trump en Facebook debido a su papel en los intentos de desconocer los resultados de las elecciones de 2020, cenó recientemente con Trump y, según se informa, está organizando una recepción para multimillonarios republicanos.
Más importante aún: el propietario de Meta anunció la semana pasada que Facebook e Instagram se desharán de su ejército de verificadores, demonizados durante mucho tiempo por Trump y sus aliados.
Según medios estadounidenses, Shou Zi Chew, el jefe de otra plataforma controvertida y enormemente influyente, TikTok, de propiedad china, también irá a la ceremonia.
- A la estadounidense-
La presencia de los superricos en la política no es nueva ni se limita a Estados Unidos.
En Rusia, los oligarcas de los años 90 dominaron primero la economía y luego el gobierno, antes de verse obligados a una asociación más regulada con el Kremlin bajo la presidencia de Vladimir Putin.
Figuras empresariales también han entrado en la política en India o la China comunista. Pero Lorenzo Castellania, profesor de historia en la Universidad Luiss de Roma, dice que Estados Unidos tiene tradiciones oligárquicas peculiares.
"No creo que sea justo comparar a Musk con los oligarcas de los regímenes autoritarios. Creo que, en cambio, encaja en una tipología histórica muy estadounidense, como los barones ladrones que aparecieron en la escena política a fines del siglo XIX y principios del XX", dijo.
Aunque personajes como Andrew Carnegie y JP Morgan ejercieron una enorme influencia sobre la democracia estadounidense, también crearon una riqueza incalculable para la economía, dejando legados que van desde edificios públicos imponentes hasta industrias enteras.
Pero la Edad Dorada fue hace casi un siglo y medio. ¿Cómo funcionará esta vez?
Castellania afirma que la aparentemente férrea alianza entre Trump y Musk puede tener dos puntos débiles fatales. En primer lugar, "ambos tienen un ego enorme" y "las probabilidades de que se generen fricciones a largo plazo son altas".
En segundo, algo más profundo: la base electoral de Trump quiere menos inmigración y más aislacionismo, mientras que Musk y el "complejo industrial tecnológico" tienen visiones globales, incluso interplanetarias.
"Una de las preguntas más interesantes de esta nueva administración", dijo Castellania, "será ver si esta coexistencia perdurará o no".
P.Oliviero--LDdC