"Aún estamos aquí", dice Lula en aniversario de asalto a poderes
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió el miércoles una defensa "intransigente" de la democracia, dos años después del asalto a las sedes del poder en Brasilia y cuando el exmandatario Jair Bolsonaro es investigado por intento de golpe de Estado.
"Estamos aquí para decir que estamos vivos y que la democracia está viva, al contrario de lo que planearon los golpistas del 8 de enero de 2023", dijo Lula en una ceremonia en el palacio presidencial de Planalto.
"Hoy es el día de decir, alto y claro, aún estamos aquí", afirmó.
Lula hacía alusión al filme "Aún estoy aquí", sobre la desaparición del diputado Rubens Paiva en los años setenta bajo la dictadura brasileña, y que el domingo recibió el Globo de Oro a la mejor actriz para Fernanda Torres.
"Seremos intransigentes en la defensa de la democracia", dijo Lula.
La ceremonia sirvió para marcar la entrega de 21 obras restauradas tras los destrozos causados cuando los seguidores del ultraderechista Bolsonaro (2019-2022), un nostálgico de la dictadura, invadieron ese predio y las sedes del Congreso y la corte suprema.
Entre ellas está el cuadro "Las mulatas" (1962), de Emiliano Di Cavalcanti, uno de los maestros del modernismo brasileño, que fue perforado a cuchillazos, en unas de las imágenes indelebles de la asonada, grabada por las cámaras de vigilancia.
También fue reintegrado al acervo presidencial un reloj del siglo XVII hecho por Balthazar Martinot, relojero del rey de Francia Luis XIV, tras ser reparado en Suiza.
- "Todos pagarán" -
La ceremonia fue la primera aparición destacada del mandatario izquierdista, de 79 años, después de ser operado de urgencia el 10 de diciembre por una hemorragia intracraneal. Tras la convalecencia, despachó desde la residencia presidencial hasta este lunes, cuando volvió al palacio de gobierno.
El edificio fue rodeado de barreras de seguridad y un helicóptero sobrevolaba los alrededores de la plaza de los Tres Poderes, epicentro político de Brasilia, donde la presencia policial fue reforzada.
"Lo que pasó aquel día fue una aberración, algo inimaginable", lamentó a la AFP Shirley Altoe, una profesora residente en Brasilia, presente en la ceremonia.
El 8 de enero de 2023, miles de seguidores de Bolsonaro atacaron las sedes de poder, disconformes con la victoria electoral de Lula unos meses antes. Cientos de ellos ingresaron por la rampa al palacio de Planalto.
Tras el discurso, Lula bajó por esa misma rampa junto a la primera dama, Rosangela Janja da Silva, y otras autoridades del país e hicieron un círculo tomados de las manos alrededor de la palabra "Democracia" escrita con flores en el suelo de la plaza, en un "abrazo a la democracia".
- Cientos de condenados -
De los miles de detenidos por los actos, 371 fueron condenados, según datos oficiales publicados el martes, de los cuales 179 a penas de 14 años o más de cárcel.
Bolsonaro es objeto de una investigación policial para determinar si instigó los disturbios.
Aliados del expresidente impulsaron en el Congreso una amnistía para los involucrados, pero Lula celebró el miércoles que "todos los responsables" están siendo investigados y castigados.
"Ninguno fue o será preso injustamente. Todos pagarán por los crímenes que cometieron".
Además, la Fiscalía debe decidir si imputa a Bolsonaro por los delitos de "abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado y organización criminal", luego que la policía determinó que tuvo "plena conciencia y participación activa" en un frustrado plan para impedir la asunción de Lula.
Por ese caso, están presos varios de sus excolaboradores, incluyendo su exministro de Defensa y compañero de fórmula en esos comicios, Walter Braga Netto, y otros militares.
Las alertas de seguridad se volvieron a encender en noviembre cuando un hombre murió al hacerse estallar frente al STF.
Pero dos años después de los ataques, "el clima político general ha mejorado considerablemente" en Brasil, según el analista Oliver Stuenkel, "con los debates políticos en las redes sociales y la retórica de los líderes decididamente menos frenética".
"Las principales figuras políticas parecen haber detectado que los votantes se cansaron de la polarización extrema", dijo en X el profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Fundación Getúlio Vargas (FGV).
R.DeCrescenzo--LDdC